Propuesta ganadora de un concurso privado para la rehabilitación de una masía en el Alt Penedès, y la adecuación de su entorno, como academia y campus de verano.
Llegamos a la masía a través de un mar de viñedos. El edificio principal es un volumen rotundo e imponente, orientado a sur, y situado en el punto más alto del complejo. Desde un primer momento se contempla una huella mínima del proyecto en el territorio
En primer plano, el edificio principal y la zona de bungalós crean un frente visual desde el camino de acceso. En segundo plano, la ubicación de las zonas exteriores de ocio, al norte de la parcela, refuerza la trascendencia del territorio como recurso valioso del programa lúdico del complejo.
El edificio principal, fruto de ampliaciones a lo largo del tiempo, tiene un sistema estructural característico a base de muros y arcos de descarga.
A partir de la reflexión sobre la arquitectura de los arcos que se da al retirar los elementos más deteriorados y accesorios, surge el rasgo más definitorio de la propuesta: abrir el corazón del edificio, desmontar las cubiertas, y transformarlo en un patio.
El comedor polivalente de la planta baja y la sala polivalente de la planta primera ocupan los espacios más privilegiados del edificio, orientados a sur y en relación directa con el patio y la era. Son dos espacios de grandes dimensiones que propician la flexibilidad y la compartimentación del espacio.
En planta baja, el ámbito para el personal del complejo se dispone en el perímetro del edificio, y el ámbito público ocupa los espacios alrededor del patio, y la fachada sur. En planta primera, las aulas y laboratorios ocupan las fachadas norte y este, y liberan el perímetro del patio para la circulación.
El patio es un elemento de la cultura y el clima mediterráneo, que actúa como regulador medioambiental y organizador espacial de calidad. Teniendo en cuenta la naturaleza contundente del edificio, al concepto de patio se le superpone el de claustro. La fachada exterior puede preservar su rotundidad, ya que la relación inmediata con el exterior pasa a tener lugar, a través de los arcos, con el patio.
A los nuevos huecos propuestos en la fachada exterior, se superpone una celosía cerámica que dota de seguridad y privacidad el edificio, convirtiéndose en un elemento recurrente y singular que combina materiales propios de la construcción tradicional.
colaboradores: Pau Martínez Just